sábado, 25 de abril de 2020

EL CISNE ROSA






EL CISNE DE NUESTRA HISTORIA, ES UN PERFECTO FLAMENCO.


En el santuario de aves, todos están de hora buena, la primera camada de cisnes saldrá pronto a escena, en el estanque más lindo que prefiere el visitante.

Mamá cisne, no deja el nido ni siquiera un instante, pero con gesto enfadado insiste a su marido que por favor le acompañe… ohhh que mal te portas querida, no ves que me da vergüenza, que me graznes frente a todos… ves? agacho la cabeza…No te grazno alto querido, el volumen de mi voz este tiempo ha subido… discúlpame por favor.

Cuéntame algún relato o alguna novedad de la gran familia pato,  no ves que estoy afligida por no lucir mi plumaje, sufro tan solo al pensar, que triste se verá el estanque.
El cisne muy comedido empieza con su relato, los patos están nadando con sus pequeños patitos y los aplausos de todos resuenan al infinito, que bellos son los pequeños le dice el cisne papá…mientras tanto en el nido, un crujido inesperado mueve de un salto a mamá.

Rompe uno el cascarón, le acompañan dos y tres, el pollo número cuatro no quiere salir del huevo, que pasa hermoso cisne, sal que me desespero.
Tris y tras, suena de nuevo, empieza a romper el huevo, sale un pico enorme con grande dificultad, este es aún más feo reconoce su papá con graznidos de alegría da abrazos a mamá.

Han pasado dos semanas, todos echaron plumón, sacan a pasear los nenes en la espalda de papá, es tan bello ese cuadro, foto foto, pan y pan, tras  ese corto paseo, deciden volver al nido, papá  comenta orgulloso… todo el mundo a sonreído a al ver al pollito cuatro, que saca a sus hermanos dos cabecitas de alto.

Cada día el plumaje de los chicos es más blanco, mientras que su hermanito se está poniendo rosado.¡¡Que bonito nuestro cisne!! de color un poco raro, tiene las alas pequeñas Narigón y alto muy alto, tan gracioso y bailarín …todos lo queremos tanto.
Cierto día en el estanque mientras  estaban nadando, el cuidador se aproxima sigiloso y con cuidado, atrapa al cisne rosa con un colador muy ancho, ¡¡pobre hombre…!! No podía con todos los picotazos, se aproxima la familia graznando y picoteando, no le quedó más remedio que soltar al atrapado.

Desde la orilla les grita, no es un cisne se ha colado, pertenece a los flamencos, no veis que este es tan alto… pobre humano ¿qué a gritado? papá cisne le responde, entre graznidos,  sabemos desde el principio que no es un cisne ni un pato, es un perfecto flamenco que llegó y es amado.

Los pequeños juegan juntos, con la familia de patos, pero, el pequeño flamenco, estira el cuello de vez en cuando, para ver a la salina y a sus parientes rosados.
Papá y mamá cisne, lo miran con gran tristeza, saben que el momento ha llegado, se aproximan al pequeño y le rodean con abrazos, le animan a visitar ese estanque rosado, donde lo esperan bailando en un pie, sus verdaderos hermanos.

Aplausos y más aplausos a la familia del lago.


 MORALEJA

El amor familiar, es un vínculo perfecto, no importan las grandes diferencias.



domingo, 19 de abril de 2020

La abuela Paca y don Roberto





LA ABUELA PACA Y DON ROBERTO

La querida abuela Paca, va al mercado cada día, en el pueblo la conocen por sus guisos y tortillas.

Don Roberto desde el patio, sentadito en un cajón, observa a la abuelita como prepara el fogón.

Qué te pasa perezoso?... bigotudo, orejón, pero el solo ronronea, esperando la ocasión, para saltar a la mesa y probar la guarnición, estira su cuerpo el gato y observa la cazuela… que aroma, que rico huele, a ver si se va la abuela!!.

Don Roberto da la vuelta por la cocina de leña… ¡¡hay tanto calor, que miedo!!... no creo que vale la pena, quemarme las patuquitas para saborear la cena, han pasado algunas horas, está fría la caldera, pero no veo a Paquita, será que olvidó mi cena?
El gato que es muy goloso, quiere degustar el caldo, pero todo está tan alto así que decide dar un salto, don Roberto coge impulso y a la sopa hasta la cola, miau miau maúlla a gritos y tururún  fuera la olla.

El gato sale corriendo escaldado hasta el bigote, un leño bien atinado, atiza en su cabeza un coscorrón merecido  por nadar en la cazuela.

¡¡Ay que horror!!…dice la abuela, gato malo, ya vendrás… ¡¡ay que pena mi puchero!! Tengo que empezar de nuevo.
Eso si… pone la carne  en un platito de hierro, para cuando vuelva a casa ese pequeño gamberro.

Desde el tejado la observa muy asustado el minino.
Miau… que susto!! Miau que horror!! … esta vez casi que muero, se me sale el corazón.

Pero no tengamos pena, porque este pequeñín, no aprenderá la lección.








martes, 14 de abril de 2020

La Cigüeña y el Monje - Fábula




Un día de abril, cuando la primavera hizo la entrada de manera magistral, a una villa pequeña llegó una bandada de cigüeñas, todas ocuparon las torres más altas que encontraron a su paso, menos una despistada que seguía y seguía volando, estaba tan emocionada porque era la época de buen ver, pensaba en las bonitas y coquetas avecillas de un metro de alto y piernas flacas, con pico tan largo y filo que algún día llegarían a su nido.

Oh oh!! miró hacia atrás y al darse cuenta que lo solo que estaba, castañeteó su pico y en el primer espacio del suelo, decidió bajar para ver el terreno, aún lado y al otro se veían paredes robustas; decidió asomarse al pie del ayuntamiento, con su afilado pico se abrió paso hasta llegar al alguacil, al mirarlo que venía se escondió bajo la mesa y le dijo...fuera cigüeña!!! chu chu..le quiso espantar con una libreta.

Viendo lo que veía se dio cuenta, que si ese hombre tenía poder, más poder tendría ella. Así que con el pecho erguido decidió ir a la otra puerta, dio picotazos a la rústica madera, fue tan grande el impacto que en su cabeza desfilaban al rededor, cientos y cientos de estrellas. Se sacudió y nuevamente intentó con la puerta, salió un monje con sus mofletes rosados, vio a la inusual peregrina y abrió sus ojos como platos...hermano!!!! que bueno que has llegado, acaricia su cabeza y le ofrece un abrazo.

Hermano monje le dice con la mirada, gracias por haberme hablado, porque el animalito del otro lado ni siquiera a saludado.
El monje siguió con su bienvenida, quieres comer trigo fresco? o tal vez las lombricillas?, prefieres un vaso de agua? o el vino de mi comida? La cigüeña agradeció y se decantó por el vino, tras beber el primer vaso, humilló la cabeza, levantó sus alas y las unió; al mirar eso el buen monje, emocionado se puso de rodillas, creyó que se trataba de una posición de adoración, nada de eso!!! entre sus alas ocultó la cabeza y comenzó a girar y a girar hasta que cayó.
Después de unos minutos cuando despertó, al mirar al monje como lo cuidaba, le prometió... jamás te olvidaré.

Desde ese preciso instante sobre el campanario empezó a construir su nido. El monje ya no está triste, cada año prepara la llegada de su amigo, lo celebra con manjares, desde luego con buen vino.
Contonean las campanas la llegada del color y las preciosas cigüeñas lo visitan por amor.


Moraleja: La amabilidad y el saludo
 pueden ser el inicio de una gran amistad.